¡Alabado sea Jesucristo!
Jesús es verdaderamente el Rey del universo, pero Su realeza no es de este mundo. Su trono era la Cruz, Su corona era de espinas, Su Sangre real fue derramada por Sus súbditos, Su mensaje a Sus enemigos fue el perdón. La autoridad del Rey Jesús se ejerció al morir por aquellos sobre quienes Él gobierna.
Jesús es el Rey de la misericordia. Él se deleita en perdonarnos cada vez que nos arrepentimos de nuestros pecados. Él va más allá del perdón al otorgar cosas buenas a los que no lo merecen. Él dará vida sin fin a aquellos que lo reciban.
Jesús es el Rey de los pobres. Él proclama bienaventurados a los humildes, pobres y más pequeños entre los demás. Los que sufren ahora acumulan la mayor riqueza de nuestro benéfico Rey.
Jesús es el Rey de la paz. Todo es Suyo, especialmente los corazones humanos. Él busca conquistarnos por Su amor, y promete el paraíso para aquellos que confían en Él.
Hemos hecho partícipes del reino de Dios por medio de Jesucristo nuestro Rey. Su reino no tendrá fin. Que Él gobierne sobre nosotros y en nosotros mientras lo seguimos en fe hasta el día interminable del paraíso donde nos regocijaremos con Nuestro Rey cara a cara con seguridad.
Que Dios te bendiga
P. Geary