Estimados feligreses de Santiago:
¡Alabado sea Jesucristo!
Las posesiones materiales sólo deben usarse para servir a nuestra salvación eterna. Por ejemplo, un teléfono celular debe usarse para comunicar la Palabra de Dios, para hablar con caridad a los demás y para guiarlo en los viajes. Usamos mal el teléfono celular cuando lo usamos para cometer pecado. El dinero, del mismo modo, está destinado a apoyar a la Iglesia, pagar por sus necesidades y las de sus hijos y ayudar a los pobres. El dinero no está destinado a acumularse para gastarlo en el lujoso estilo de vida de uno cuando otros padecen de necesidad.
¿Cómo se usan las posesiones materiales? Sólo somos mayordomos de los bienes que pertenecen a Dios. ¿Encontramos maneras de usar la propiedad de Dios para hacer el mal? ¿Estamos usando los bienes de Dios para enriquecernos a costa de los pobres y los necesitados? No hay nada de malo en el crecimiento de la riqueza, siempre y cuando se utilice para promover la propia salvación y la salvación de los demás. Lo que hacemos con lo que Dios nos ha dado hace toda la diferencia.
Cuando el Señor audite nuestro uso de Sus bienes en el momento de nuestro juicio particular, ¿qué descubrirá Él? ¿Le servimos a Él o a nosotros mismos? ¿Los usamos para ayudar a otros hacia la salvación o simplemente para disfrutar egoístamente de los placeres del mundo? La auditoría del Señor revelará si le servimos o si desperdiciamos Su propiedad.
Que Dios los bendiga,
P. Geary