Estimados feligreses de la Parroquia de Santiago Apóstol:
¡Alabado sea Jesucristo!
Jesús nos lanza una severa advertencia hoy en el Evangelio. Si no nos arrepentimos, entonces pereceremos. Arrepentirse significa lamentar nuestros pecados, confesarlos a un sacerdote en confesión y resolver no volver a cometer los pecados. Todos somos pecadores. El pecado ofende a Dios, así que debemos enmendarlo. Sin arrepentimiento, nuestros pecados no pueden ser perdonados.
El arrepentimiento significa admitir que hemos hecho el mal. Pecamos en nuestros pensamientos, nuestras palabras, en lo que hemos hecho y en lo que hemos dejado de hacer. ¿Quién puede decir que él o ella está sin pecado? Dios perdonará nuestros pecados cuando los confesemos con dolor y un firme propósito de no volver a pecar. Vayan a la Confesión y arrepiéntanse de sus pecados, Jesús nos advierte que no demoremos. Si no nos arrepentimos, pereceremos.
Que Dios los bendiga
P. Geary