Carta de P. Geary, 5-26-2024 – Español

Este domingo la Iglesia celebra la fiesta de la Santísima Trinidad, solemnidad que reconoce la vida interior de Dios mismo. El Señor se reveló a los hombres en el tiempo, pero su naturaleza divina nunca tuvo un principio y nunca tendrá un final.  Eternamente Él es Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo Dios, un solo Señor, siempre viviendo en una comunión de Personas. El Señor, nuestro origen y meta, ha revelado su amor misericordioso a la humanidad invitándonos a compartir la vida con Él para siempre.       

La alabanza, el honor, la gloria y la acción de gracias pertenecen a Dios porque Él es el único Dios, el Dios verdadero. Todo lo bueno viene de Él porque Él es bondad eterna. Toda la vida viene de Él porque Él es la existencia misma. Seguir los mandamientos de Dios nos hace permanecer en Dios, que es amor. Su amor es vivificante y vivificante sin mancha de egoísmo. El intercambio personal de amor en sí mismo es nuestro modelo de relacionarnos con otras personas, incluyéndose a sí mismo. ¡Qué maravilloso misterio hemos tenido el privilegio de encontrar! ¡Qué belleza y gloria incalculables esperan ser vistas! 

Al ser personas hechas a imagen y semejanza de Dios, poseemos una dignidad extraordinaria como seres humanos. El Dios Trino nos había llamado a la existencia desde Su mente eterna y nos había invitado a la felicidad eterna. Que respondamos a su oferta de amor amándolo con toda nuestra mente, corazón, alma y fuerzas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos (cf. Mc 12:30).  Entonces seremos como Él y disfrutaremos de Su bienaventuranza eterna para siempre. 

Que Dios los bendiga, 

P. Geary 

Published by St. James, Belvidere

Saint James Catholic Church, Belvidere, IL