¡Alabado sea Jesucristo!
El mes de mayo está tradicionalmente dedicado a la Santísima Virgen María. Ella es la Madre de Dios y la Madre de la Iglesia. La maternidad divina de María la dispuso, por designio de Dios, a ser la Madre de todos los creyentes.
En este día, cuando recordamos a nuestras madres naturales que se han entregado muy generosamente a nosotros, honremos también a nuestra Madre celestial y sobrenatural, cuyo “Sí” a Dios abrió la puerta de la salvación. Ella fue creada sin pecado por el Padre. Ella nos llevó al pie de la Cruz donde sufrió por nuestros pecados. Ella vio al Señor Jesús resucitado y oró por el derramamiento del Espíritu Santo para que pudiéramos ser parte de la Iglesia Católica.
María es la mejor de las madres. Todos Sus hijos e hijas deben honrarla como Nuestro Señor lo ordena. Vean en sus madres terrenales una imagen de su Madre Celestial. Ruega por nosotros, pecadores, Madre de Dios y Madre nuestra, para que seamos dignos de las promesas de Cristo, Tu divino Hijo.
Feliz Día de la Madre,
P. Geary