¡Alabado sea Jesucristo!
Jesús dijo de sí mismo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí” (Jn 14:6). Jesús no solo nos mostró el camino al cielo, Él es el camino. Jesús es la puerta, el único que puede salvar, la piedra angular de nuestra casa espiritual, la vida de las almas, el Juez, el único Mediador, el Redentor. Sus títulos son infinitos porque Él es el Dios eterno hecho hombre. Ha resucitado y no muere más.
Jesús ha preparado un lugar para nosotros en el cielo y en nuestras propias almas. El cielo es una confirmación de la unidad del alma con Dios. Las “muchas moradas” (Jn. 14:2) que Jesús nos prometió existen incluso ahora en la tierra en un alma en estado de gracia. La presencia de Dios en el alma es real y personal. Hay muchas moradas para Jesús en nuestras almas. ¿Has explorado las moradas de tu alma?
Crece más profundo en la oración y comenzarás a ver tu alma (la casa del Padre) más apreciativamente. Hay partes más hermosas de la casa de tu Padre que ni siquiera has descubierto todavía. No te contentes con vivir en las regiones externas de tu alma mientras ignoras las habitaciones más espaciosas y encantadoras preparadas por Jesús solo para ti.
Que Dios te bendiga,
P. Geary
Saint James Catholic Church 