Estimados amigos,
Algunas palabras más sobre la Unción y el Cuidado de los Enfermos y Moribundos.
El Manual de Indulgencias nos dice que si un sacerdote no puede estar presente cuando una persona está muriendo, y no ha recibido previamente el perdón apostólico durante esa enfermedad, la Iglesia “concede a los fieles cristianos, que están debidamente dispuestos, una indulgencia plenaria que se adquirirá en el momento de la muerte, siempre que tengan el hábito de recitar algunas oraciones durante su vida; en tal caso, la Iglesia suple las tres condiciones ordinariamente requeridas para una indulgencia plenaria”. En esas situaciones, la Iglesia también recomienda el uso devoto de un crucifijo.
Como se menciona en el Manual de Indulgencias, los requisitos habituales de oración se sustituyen por haber dicho habitualmente alguna oración durante la vida. Esta generosa concesión se debe a que muchas personas en el momento de la muerte son incapaces de recitar ninguna oración específica.
Esperamos que nadie muera solo, y que las personas que los rodean en este momento sagrado los acompañen con la oración. La oración es reconfortante para ellos y para quienes los rodean. La Coronilla de la Divina Misericordia es especialmente recomendable. Dicen que las personas en coma todavía pueden escuchar. (También tengan cuidado con lo que dicen en su presencia que podría ser desconcertante para ellas).
Sobre otro tema: Escribo esto el 23 de febrero, el aniversario de Roe vs Wade: El Día de Oración por la Protección Legal de los Niños No Nacidos.
Vergonzosamente, Illinois se ha convertido en un destino para las madres de estados donde el aborto es ilegal que quieren abortar a su hijo no nacido, y perversamente eso se presenta como algo de lo que deberíamos estar orgullosos. Necesitamos orar por nuestros legisladores: estatales y nacionales. Escríbanlos y llámenlos y de acuerdo con su capacidad participen en las actividades pro-vida propuestas en nuestro boletín y en otros eventos.
Otro tema más: el 2 de febrero es la Fiesta de la Presentación del Señor, también llamada Día de la Candelaria. Tradicionalmente, las velas se bendicen antes de la Misa. Si pueden, lleven velas a Misa de las 7:30 a.m. o de las 6:30 p.m. para ser bendecidas por su uso devocional en casa. Todavía es muy apropiado tener una pequeña mesa cubierta con un mantelito blanco con un crucifijo y 2 velas (a menos que haya oxígeno en uso) para recibir a nuestro Señor en el Santísimo Sacramento cuando se lleva la Sagrada Comunión a los enfermos. Creo que esta tradicional formalidad muestra lo que realmente creemos acerca de la presencia verdadera y real del Señor en la Eucaristía.
Que Dios los bendiga. Cuídense mucho,
P. Schuessler