¡Alabado sea Jesucristo, nuestro Rey recién nacido!
El Dios invisible se hizo visible para que pudiéramos acercarnos a Él con confianza. Él dejó el cielo por ti, su ovejita perdida. Nació de la Virgen María para mostrar su tierno amor. Él trae consigo paz, sanación, perdón y vida eterna.
Esta Navidad (y siempre) lleva tu amor a Jesús en la Santa Misa. Sus brazos están extendidos listos para abrazar a todos los que se acercan a Él con fe. Ve a Jesús. Alábalo, adóralo, busca Su misericordia, agradécele por Sus innumerables dones, ruega por lo que necesitas. Jesús es Emmanuel, Dios-con-nosotros. No hay nada que temer.
Feliz Navidad
P. Geary