¡Alabado sea Jesucristo!
Esta semana la Iglesia celebra el Día de Todos los Santos y el Día de los Difuntos. Estos días festivos nos recuerdan que la vida en la tierra es temporal. La muerte, el juicio, el cielo y el infierno son cuatro realidades que deben informar nuestras decisiones diarias conscientes de lo que nos espera. Todos moriremos y seremos juzgados por Jesucristo. Algunas preguntas inevitables incluyen: ¿Cuál será Su juicio? ¿A dónde iremos después de la muerte? ¿Estamos preparados para lo que viene?
El alma en estado de gracia (es decir, libre de pecado mortal) en el momento de la muerte será salvada del infierno y entrará en el cielo inmediatamente o después de la purificación necesaria en el purgatorio. El alma en estado de pecado mortal irá inmediatamente al infierno y sufrirá el castigo eterno. Los santos en el cielo disfrutan de la visión de Dios y no pueden perder la salvación. Las almas en el Purgatorio eventualmente entrarán al Cielo, pero sólo después de haber sido purgadas de los castigos temporales debido a sus pecados en la tierra.
Debemos pensar diariamente en las consecuencias eternas de nuestras acciones mientras estamos en la tierra. Dios respeta tanto a nosotros y nuestra libertad que honrará nuestras decisiones a favor o en contra de Él. ¿A dónde iría tu alma si murieras hoy? ¿Qué necesitas cambiar en tu vida ahora mismo para cambiar tu morada eterna? La vida en la tierra es corta; La eternidad es para siempre. Lo que hacemos ahora determina a dónde seremos enviados después de la muerte.
Que Dios te bendiga
P. Geary