Estimados feligreses de la Parroquia de Santiago Apóstol:
¡Alabado sea Jesucristo!
Nuestro Señor nos dio la Parábola de la Cizaña y el Trigo en el capítulo 13 del Evangelio de San Mateo para que no nos escandalice la presencia del mal en la Iglesia. El reino de los cielos subsiste en la Iglesia Católica. Jesús dijo que entre los hijos del reino crecen los hijos del maligno (Mt. 13,37-39). Dijo que Él permite que el bien y el malo crezcan juntos hasta la cosecha, cuando el bien será recompensado y el mal castigado.
Los poderes del diablo están sujetos al permiso de Dios. Dios permite que el diablo nos tente para probar nuestra fidelidad mediante el ejercicio de nuestro libre albedrío movido por la gracia. Ya que la actividad del diablo es extremadamente elevada en nuestros días, sólo podemos concluir que Dios nos está llamando a una gran fidelidad frente a tal maldad. La gracia de Dios es suficiente para cada asalto de nuestro enemigo.
Aunque la Iglesia como la novia perfecta de Jesucristo está sin manchas ni arrugas (cf. Efesios 5,27) su belleza se ve empañada por la presencia de hijos del maligno a su lado. No se escandalicen por el mal en la Iglesia. Nuestro Señor nos habló de su realidad y de Su plan para sacar mayor fidelidad de aquellos expuestos a ella. El día de la cosecha se acerca cada vez más. Los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre, pero los inicuos se arrojarán al horno ardiente (Mt. 13:42-43). Permanezcan en la gracia de Dios. No tienen nada que temer.
Que Dios los bendiga
P. Geary