Estimados feligreses de la Parroquia de Santiago Apóstol
¡Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar!
Jesucristo, la segunda Persona de la Santísima Trinidad, está verdaderamente presente en la Eucaristía. Después de la consagración en la Santa Misa, el pan y el vino se cambian (transubstanciados) en la verdadera Carne y la verdadera Sangre de Jesús. El pan y el vino presentes allí previamente se van – sólo sus apariencias permanecen. Por lo tanto, ofrecemos el Cuerpo y la Sangre de Cristo al Padre en la Santa Misa, adoramos el Cuerpo y la Sangre de Cristo en el sagrario o expuestos en la custodia, y consumimos el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Santa Comunión.
La verdad del Cuerpo y la Sangre de Cristo presentes en el Santísimo Sacramento es un misterio más allá de palabras. ¡Cuán generoso, humilde, condescendiente, misericordioso, amoroso, disponible, paciente e íntimo es Jesús! Él se hace a sí mismo nuestro alimento. Él nos espera pacientemente, con qué paciencia, para visitarlo. Él quiere que disfrutemos de Su santa Presencia luminosa para traer sanación, paz, coraje y perseverancia. Dejen que Él los ame. Dejen que Él los acerque. Dejen que Él los salve.
¿Creen en el Misterio de la Fe que celebramos en la Santa Misa? Si es así, entonces actúen de acuerdo con su fe. Vengan a Misa todos los domingos para ofrecerse con Jesús al Padre. Acompañan a Jesús en la iglesia durante toda la semana. Confiésense con frecuencia con el fin de hacer más y más dignas recepciones de la Sagrada Comunión. Que demos gloria eterna, alabanza y acción de gracias por un regalo tan maravilloso: Jesucristo verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento del altar.
Qué Dios los bendiga,
P. Geary
Saint James Catholic Church 