Estimados feligreses de la Parroquia de Santiago Apóstol :
¡Alabado sea Jesucristo!
San José es nuestro modelo de adoración puesto que vivió en la misma casa con Jesús durante décadas. Como dice el P. Donald J. Calloway en su libro Consecration to St. Joseph (Padres Marianos de la Inmaculada Concepción, 2020), San José se unió a cada acontecimiento de la vida de Jesús en su hogar en Nazaret. Él nos muestra por su ejemplo cómo vivir continuamente en la presencia de Dios.
San José nos enseña a encontrar la Presencia Real de Jesús en cada sagrario o iglesia donde la Eucaristía está expuesta para la adoración. Al contemplar el Santísimo Cuerpo y la Sangre de Jesucristo durante horas, San José nos señala a dirigir nuestra mirada a su Hijo adoptivo en cada iglesia católica donde se reserva el Santísimo Sacramento. Jesús espera a que lo adoremos como lo hizo San José. Como si fuera un religioso de clausura, San José habló, trabajó, descansó y conversó sólo con Dios y la Santísima Virgen María día y noche. Podemos encontrar algún tiempo en nuestra ajetreada vida para hablar al Señor verdaderamente presente en el tabernáculo como lo hizo durante esos muchos años en Nazaret.
Pídanle a San José que gane las gracias que necesitan para velar a Jesús en el sagrario o expuesto en el altar. San José adoraba el mismo Cuerpo y Sangre de Cristo verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento. Con fe como la suya, algún día veremos a Jesucristo en el cielo mientras lo adoramos verdaderamente presente ahora en la tierra bajo el velo sacramental.
Que Dios los bendiga
Fr. Geary