Carta de P. Geary, 3-7-2021 – Español

Estimados feligreses de la Parroquia de Santiago Apóstol:

                ¡Alabado sea Jesucristo!

Las alegrías y penas de San José forman el tema del artículo de esta semana basándose en gran medida en el libro Consecration to St. Joseph (Donald J. Calloway, MIC, 2020).  Así como la Virgen tuvo muchas alegrías y penas, San José participó más estrechamente en la vida de Jesús y María en la obra de redención.

Piensen en cómo el ángel del Señor se le apareció a San José para anunciar que él sería el protector del Redentor. Se le daba el derecho de poner el nombre al Niño. Fue el primero (después de la Virgen) en ver a Dios en carne y hueso en la cueva de Belén. Fue el privilegio de San José poner el nombre a Jesús en Su circuncisión. San José acompañó a María al templo de Jerusalén con una alegría inimaginable.

San José también sufrió muchas penas en su designado papel. Oyó la profecía del sacerdote Simeón de que Cristo sufriría y de que el corazón de su Esposa sería traspasado. Protegió al Niño del sanguinario Herodes que trató de destruir a Jesús en Su infancia mientras la sagrada familia huía a Egipto. Buscó al Cristo adolescente cuando se perdió durante tres días antes de encontrarlo en el templo.

San José comprende los gozos y los sufrimientos que acompañan a un discípulo de Jesucristo. Ningún hombre estaba más cerca de Jesús que San José. Nuestro Señor es un signo de contradicción; Él es la causa del ascenso y la caída de muchos. Como discípulos de Nuestro Señor también experimentaremos alegrías y penas. Confíen mucho en San José y oren para que nos acompañe, consuele e inspire en el camino que conduce a la vida eterna.
 

Qué Dios los bendiga.

Fr. Geary
 

Published by St. James, Belvidere

Saint James Catholic Church, Belvidere, IL