Estimados feligreses de la Parroquia de Santiago Apóstol:
¡Alabado sea Jesucristo!
Ahora estamos en la temporada penitencial de Cuaresma. Estos cuarenta días de penitencia y fortalecimiento espiritual reflejan los cuarenta días de Nuestro Señor Jesucristo en el desierto donde fue tentado por el diablo. Nuestro Señor se permitió ser tentado para ganar las gracias que necesitamos cuando estamos tentados. Jesús utilizó la oración y el ayuno como las principales armas en el combate espiritual con el maligno.
Cuando oramos estamos a solas con Dios, pero el diablo está al acecho. No podemos evitar el encuentro con el malvado porque él está decidido a destruirnos. La oración proporciona la armadura espiritual para repeler las agresiones que el diablo lanza contra nuestra naturaleza humana. El Evangelio de hoy describe a Jesús “entre las bestias salvajes y los ángeles que se le ministran” (Mc. 1,13). Las tentaciones pueden ser feroces a veces, pero los ángeles están listos para ayudarnos en la lucha espiritual. Llama a los ángeles cuando te sientas como si estuvieras rodeado de animales salvajes. Jesús y Sus ángeles pueden derrotar cualquier tentación si sólo los invocamos.
El ayuno es también un poderoso medio de fortaleza espiritual. Es paradójico (pero cierto) que debilitar nuestra naturaleza puede hacernos más fuertes. Espiritualmente hablando, cuanto menos consentimos al cuerpo, más fortalecemos el alma. Jesús nos da el ejemplo de cómo someter nuestra naturaleza humana a la voluntad de Dios dominando nuestros apetitos naturales para estar más abiertos a los poderes espirituales en nuestras almas. Al frenar los placeres corporales, nos damos cuenta de que nuestra fuerza proviene de Dios que nos hizo y nos sostiene en el ser.
Haz de esta Cuaresma una buena Cuaresma a través de tu oración y ayuno. Aunque estemos en el desierto entre bestias salvajes, el Señor nos dará la fuerza para sobrevivir y salir victoriosos en la batalla de fe.
Qué Dios los bendiga
P. Geary