Estimados feligreses de Santiago:
¡Alabado sea Jesucristo!
Este año dedicado a San José nos permite considerar sus virtudes como marido modelo de la Santísima Virgen María, tal como lo escribió el Padre Donald H. Calloway en su libro Consecration to St. Joseph (Padres marianos de la Inmaculada Concepción, 2020). La Sagrada Escritura llama a San José el “esposo de María” (Mt. 1:16,19). Si Dios escogió a San José para casarse con la Virgen, entonces debe haber sido el mejor de los esposos.
San José “llevó a María su esposa a su casa” (Mt. 1:24). En obediencia al ángel, San José recibió a María con gran humildad como su esposa. Proporcionó un hogar para ella y para el Hijo encarnado de Dios. Se sacrificó voluntaria y alegremente por su esposa y su hijo adoptivo. Amaba a María y hacía cualquier cosa por ella. Acompañó a María al censo de Belén, hizo los preparativos para el nacimiento del Cristo, acompañó a su esposa a la circuncisión, a la presentación en el templo y estuvo a su lado constantemente hasta que encontraran al Hijo de Dios de 12 años en el templo. Las esposas florecen cuando sus maridos las apoyan. San José es un excelente modelo de un constante para con su esposa.
San José es también un modelo de pureza y dominio completo de sus apetitos. La tradición nos dice que era virgen antes del matrimonio y, sin duda, durante su matrimonio con la siempre virgen María. San José es un modelo para los esposos en la protección de la virtud de sus esposas. A pesar de que los cristianos-católicos casados no toman votos de virginidad, sin embargo son responsables de proteger la dignidad de su cónyuge en la vestimenta, el lenguaje, la cortesía y las relaciones sexuales. San José enseña a los esposos cómo ser puros, castos, modestos y sacrificados hacia sus esposas.
Le debemos amor puro a Dios (y a nuestras esposas). Pídele a San José que te ayude como esposo a amar a tu esposa como lo hizo él y a amar a Jesús y a María con la misma constancia y devoción.
Què Dios los bendiga
P. Geary