Estimados feligreses de la Parroquia de Santiago Apóstol:
¡Alabado sea Jesucristo!
Los recientes acontecimientos en Washington, D.C. y las elecciones que los precedieron nos han perturbado. Pocos estadounidenses confían en nuestro gobierno, y muchos han llegado a la violencia para expresar su frustración. Mis palabras no son un intento de meterme con otras voces políticas que tratan de identificar las causas y soluciones a los disturbios que nos rodean. Más bien, es un intento de dar perspectiva y consuelo a los católicos creyentes cuya paz podría ser perturbada y, en consecuencia, incluso podrían desesperarse.
Los católicos han soportado gobiernos opresivos a lo largo de nuestra historia y la Fe ha sobrevivido. Algunos ejemplos breves de la historia podrían ayudar a dar contexto a los problemas que estamos experimentando en este momento. Para muchos de los primeros creyentes en Jesucristo antes de que el cristianismo fuera legalizado, ser católico era una sentencia de muerte. Emperadores, más o menos odiosos de los católicos, persiguieron y asesinaron a creyentes creando ambientes indescriptiblemente hostiles para vivir la Fe. Y sin embargo, los creyentes trasmitieron la Fe.
Los católicos soportaron a los odiosos secularistas durante la Revolución Francesa a finales de 1700. Los católicos en México fueron asesinados por profesar su fe en la primera parte del siglo XX. En nuestros días, los católicos en la India soportan la discriminación y la persecución de sus gobernadores hindúes. Pensó en la policía del control de pensamiento en Canadá, y en los líderes corruptos de Venezuela, Nigeria, China y Vietnam que hacen que vivir la fe católica extremadamente difícil. Y sin embargo, los creyentes todavía transmiten la Fe.
En nuestro país vivimos en medio de un gobierno institucionalmente corrupto. Nuestro país legalizó el asesinato de bebés hacen décadas. Nuestra Corte Suprema y las legislaturas estatales han legalizado los actos homosexuales y amenazan con castigar a aquellos (de nosotros) que hablan de su inmoralidad como nuestra fe enseña para salvar a las almas de este mal. Los gobernadores y funcionarios locales discriminan a los católicos limitando el culto, pero permiten actividades seculares que consideran “esenciales”. Y sin embargo, debemos transmitir la Fe.
San Pablo, instruyendo a los primeros cristianos sobre cómo vivir en una sociedad pagana, dijo: ” 14 Hagan todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones, para que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecen como luminares en el mundo, sosteniendo firmemente la palabra de vida, a fin de que yo tenga motivo para gloriarme en el día de Cristo, ya que no habré corrido en vano ni habré trabajado en vano. (Fil. 2:14-16 )
No tengan miedo. No se dejen apoderar del miedo o el desaliento. Confíen en Jesús. Confíen en las oraciones de la Santísima Virgen María. Transmiten la Fe y viven en el estado de gracia.
Que Dios los bendiga,
P. Geary