Estimados feligreses de la Parroquia de Santiago Apóstol:
¡Alabado sea Jesucristo!
Al comenzar el tiempo de Adviento, la Iglesia dirige nuestra mentes y nuestros corazones a la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo para juzgar a los vivos y a los muertos. Los temas de preparación y de estar alertos abundan en las lecturas y oraciones del Santo Sacrificio de la Misa durante el Adviento. El fin del mundo (o nuestra propia muerte) llegará pronto- dentro de un número determinado de años. ¿Están listos para conocer al Señor cuando venga?
La pandemia Covid-19 ha expuesto un nervio sensible en los corazones de muchos: el miedo a la muerte. La mayoría de nosotros tememos morir. ¿por qué? ¿Es el dolor; la separación de sus seres queridos; el tener que rendir cuentas a Dios por toda nuestra vida; la posibilidad del infierno o la purificación del Purgatorio? Si somos sinceros, muchos de nosotros tenemos miedo de morir por una variedad de razones. La pandemia ha sacado a la consciencia el miedo a la muerte.
Traigan sus temores acerca de morir a Jesús en su oración. Para aquellos que están en el estado de gracia (es decir, la amistad con Dios al estar libres de pecados mortales) morir es simplemente el paso a la vida eterna donde el Cielo nos espera (incluso si tenemos que pasar tiempo en el Purgatorio). Nadie que está en el Purgatorio o en el Cielo elegiría regresar a la tierra. Nadie. Entonces, ¿por qué no querríamos ir allí tan pronto como sea posible?
San Pablo dijo que “la vida es Cristo y la muerte es ganancia” (Fil. 1:21). Si Jesucristo es tu vida, obtendrás infinitamente más de El al morir en El. San Pablo también dijo en su primera carta a los Corintios: “¿Dónde, oh muerte, está tu victoria? ¿Dónde, oh muerte, está tu aguijón? Lo que ojo no vio, ni oreja oyó, ni ha subido en corazón de hombre, es lo que Dios ha preparado para aquellos que le aman.” (1Cor. 15:55; 2:9-10). Si eres consciente de un pecado mortal no demora en confesarte con un sacerdote. La absolución restaura un alma al estado de gracia y la prepara para la recompensa en el Cielo.
El paraíso espera al creyente en Jesucristo. Esperamos en El. Confiamos en El. Nuestra fe es cierta. No tengas miedo.
Que Dios te bendiga
P. Geary