Carta de P. Geary, 4-21-2024 – Español

¡Cristo ha resucitado, aleluya! 

Nuestro Sumo Sacerdote, Jesucristo, dio Su vida por nosotros y la tomó de nuevo para nuestra salvación. Él es el Buen Pastor que murió voluntariamente por Su rebaño para llevarlo a pastos eternos. Nadie le quitó la vida, sino que Él la entregó libremente en un pacto de amor que se entregaba a sí mismo. Nuestra única respuesta a Su don es dar nuestras vidas en amor por Él. 

Cuando recibimos el Sacramento del Bautismo, el Señor hizo un convenio con nosotros. 

Al morir y resucitar, Jesucristo rescató nuestras vidas del mundo, de la carne y del diablo. 

Fuimos hechos hijos e hijas de Dios por adopción a través de la muerte salvadora del Hijo de Dios y por Su maravillosa Resurrección. Debido a que ahora somos hijos e hijas de Dios, nuestras vidas deben ser una ofrenda al Padre. 

Tenemos que dar nuestras vidas por Dios. Para que lleguemos a ser santos y que la Iglesia crezca en santidad, necesitamos que las personas den sus vidas por el Señor. ¿Darás tu vida por Dios? ¿Morirás a ti mismo para que otros puedan vivir? ¿Perderás tu vida en este mundo para que las almas puedan ser salvadas de la condenación eterna? “La piedra rechazada por los constructores se ha convertido en la piedra angular. Por el Señor se ha hecho esto; es admirable a nuestros ojos” (Salmo 118:22-23). 

Felices Pascuas 

P. Geary 

Published by St. James, Belvidere

Saint James Catholic Church, Belvidere, IL