Carta de P. Geary, 3-31-2024 – Español

Jesucristo ha resucitado, ¡aleluya, aleluya! 

Que el cielo y la tierra se regocijen con gozo y alegría.  Jesucristo ha roto las puertas de la muerte que ataban a todos los hombres a causa del pecado.  La muerte ha sido derrotada; La vida eterna comienza ahora.  La tristeza de la tumba se ha convertido en alegría.  El Señor ha resucitado, como dijo, ¡aleluya! 

Ha surgido la esperanza.  El pecado ya no puede esclavizarnos.  El perdón y la nueva vida están asegurados para los que creen.  Nuestros cuerpos y almas están destinados a la gloria celestial gracias a Jesucristo.  Lo que era incorruptible se ha revestido de incorruptibilidad.  Ahora podemos decir con gran confianza: “Muerte, ¿dónde está tu aguijón?  Oh sepulcro, ¿dónde está tu victoria?” (cf. 1 Corintios 15:54-55). 

Nuestra peregrinación terrena tiene un destino eterno.  El sufrimiento ofrecido construye una promesa de gloria eterna.  Los fieles ahora pueden esperar la muerte porque es la puerta de entrada a la vida sin fin donde disfrutaremos, en nuestros cuerpos, de la alegría infinita de los bienaventurados para siempre.  Alabado sea Jesucristo, nuestro Señor resucitado.  Su gloria nunca terminará, ¡aleluya, aleluya! 

Que Dios los bendiga, 

P. Geary 

Published by St. James, Belvidere

Saint James Catholic Church, Belvidere, IL