¡Alabado sea Jesucristo!
La mejor preparación para recibir al Señor es el arrepentimiento para el perdón de los pecados. El Adviento es un tiempo para enderezar el camino del Señor al recibir el Sacramento de la Penitencia. Decir “lo siento” a Dios, recibir el perdón en el Sacramento de la Confesión y hacer penitencia por nuestros pecados restaura y fortalece nuestra relación con el Señor. Dios quiere consolar a su pueblo «hablándole con ternura, proclamando que su culpa ha sido expiada» (vease Is. 40, 1-4).
El Sacramento de la Penitencia trae paz a las almas atribuladas. No podemos tener paz fuera de la gracia de Dios. Debido a que somos pecadores, nos preocupan cosas como la ansiedad, las adicciones, la ira, la soledad, los resentimientos y el miedo. Como dice el Salmo de hoy: “Oiré lo que Dios proclama; el Señor, porque proclama la paz a su pueblo” (Salmo 85:9). Nuestro Señor quiere que tengamos paz, pero nos mantenemos alejados del único lugar donde se puede encontrar la paz: Su misericordia sanadora en el Sacramento de la Confesión.
Nuestra miseria clama a Dios por sanidad. Dale a Jesús tus pecados. Él es el cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Cuando recibamos la absolución del sacerdote, entonces tendremos conocimiento de nuestra salvación a través del perdón de nuestros pecados (vease Lc. 1:77).
Que Dios te bendiga.
P. Geary
Saint James Catholic Church 