Estimados amigos:
Ustedes ya saben que en los Estados Unidos estamos en un proceso de tres años y celebración del Avivamiento Eucarístico. Los obispos católicos estadounidenses pidieron este avivamiento ya que más del 60% de los católicos estadounidenses no creen en la Presencia Real de Jesús en el Santísimo Sacramento. No toman a Jesús en Su palabra: Este ES mi Cuerpo; Esta ES mi sangre. Ellos creen que es sólo un símbolo. Personalmente encuentro desconcertante que tantos católicos no atesoren el maravilloso don de la Presencia Real de Jesús en la Eucaristía y la reduzcan a un mero símbolo.
Cuando el obispo Malloy celebra la Misa, he notado que antes de la Santa Comunión da instrucciones sobre como recibirla de una manera reverente y digna. Recordemos de nuevo.
Debemos acercarnos con las manos juntas. Ciertamente no en nuestros bolsillos.
En los Estados Unidos, la reverencia apropiada antes de acercarse al sacerdote, diácono o ministro extraordinario para recibir la Santa Comunión es una pequeña venia.
El ministro de la Comunión dirá: El Cuerpo de Cristo”. Se debe responder: ¡Amén!, (antes de recibir la Santa Hostia y no con Ella ya en la boca). Este es su acto de fe de que es verdaderamente el Cuerpo de Cristo bajo la forma del pan consagrado.
Si desean recibir la Santa Hostia en la lengua, se debe abrir la boca y extender la lengua para que cubra los dientes inferiores y cubra el labio inferior.
Si eligen recibir la Comunión en la mano, como dice San Juan Crisóstomo, se debe hacer un trono para el Rey, asi colocando la mano izquierda sobre la mano derecha. El ministro de la Comunión colocará la Santa Hostia en la mano izquierda que está en la parte superior. Luego se da un paso a un lado y se coloca la Santa Hostia en la boca sosteniéndola entre el pulgar y el dedo índice de la mano derecha. Nunca se debe alejarse con la Hostia para evitar que suceda algo adverso, y nunca se debe persignarse con Ella. Es inapropiado simplemente agarrar la Santa Hostia con dos dedos. Tampoco se debe meterla en la boca directamente desde la palma de la mano.
Lo más importante de todo es la disposición interna— lo que está pasando en el corazón. Y por supuesto, estar en el estado de gracia.
Bendiciones, P. Schuessler
