I wish all the people of the Lord were prophets / Ojalá todos fueran profetas
This line from today´s first reading expresses Moses´ desire for all God´s people to give witness to him. In fact, God wants to give everyone equal access to the gifts He gives His Church. In today´s Gospel, the apostles are noticeably annoyed at someone else´s ministering in the name of Jesus. How dare he cast out demons in Jesus’ name! “Do not prevent him,” replies the Lord. “Whoever is not against us in for us.” All are invited to share in ALL the graces and blessings. There is no inner circle of accepted members, important members, or privileged class. Sometimes it can seem that way, perhaps because certain members have more outward initiative, or because God does provide for a variety and diversity of ways to minister, as St. Paul points out in chapter 4 of his letter to the Ephesians. And sadly, because of our fallen nature, we are often tempted to judge the Church in this way. We see ministries as power roles. That´s what the apostles were arguing about. We fail to understand that if we open ourselves to Christ, through His bride the Church, we will be prophets.
Este comentario de Moisés que leímos en la primera lectura de hoy expresa el deseo de Dios de que todos podamos tener acceso a la plenitud de sus gracias. En el evangelio de hoy, los apóstoles se ven molestos porque alguien desconocido está haciendo ministerio en el nombre de Jesús. ¿Cómo se atreve? “No lo prohíban…” contesta el Señor. “Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor.” Todos están invitados a compartir en TODAS las gracias y bendiciones. No hay círculo de los más entendidos, de los “importantes”, ni de una clase privilegiada. A veces damos esa impresión, tal vez porque ciertos miembros tienen más iniciativa, o porque Dios nos llama según una variedad de ministerios y responsabilidades como nos enseña San Pablo en el capítulo 4 de su carta a los Efesios. También, por causa de nuestra naturaleza caída, estamos tentados a juzgar a la Iglesia como clasista. Podemos ver los ministerios y encargos como si fueran puestos de poder. Así pensaban los apóstoles mientras discutían entre sí. No nos damos cuenta de que si nos abrimos a Cristo, a través de nuestra pertenencia a su Iglesia, seremos todos profetas de su verdad. Si lo logramos seremos más fuertes en Cristo, como parroquia y como apóstoles y discípulos.
